A lo largo de la historia del arte diferentes artistas han utilizado el recurso de la anamorfosis, consiguiendo una ilusión óptica muy curiosa.
Se trata de representar un objeto deformado, que obliga al espectador a situarse en un punto distinto al frontal en el cual poder verlo crrectamente. Una perspectiva distorsionada.
Uno de los primeros en utilizar esta técnica fue Leonardo da Vinci, y una de las obras más conocidas con este procedimiento es la que vemos, Los embajadores, de Hans Holbein el Joven de 1533. Cuadro de retrato doble, del género vanitas donde diversos elementos nos hablan de la vacuidad de la vida, entre ellos la anamorfosis de un cráneo que habría que ver desde la esquina superior izquierda.
Kora es un mito. He elegido este nombre para mi blog porque aquí hay cabida para todo lo relacionado con el arte, con las historias inventadas y los pensamientos creativos. La pintura es uno de los aspectos artísticos que más me gusta, y que mejor nombre para este proyecto que El Mito de Kora, que nos habla del origen mismo de esta técnica.
Jean-Baptiste Regnault. Butades y el origen de la pintura.
La mitología fue un medio para aclarar el origen de muchas cosas, además de hablarnos de la vida y aventuras de dioses y héroes. Se servía de fábulas, a veces con carácter moral, para interpretar hechos inexplicables.
El mito se fragua en civilizaciones antiguas como la egipcia, o la fenicia, pero el pensamiento mítico griego es el más rico. Con ellos la mitología fue elevada a su máxima expresión. La historia y el arte de esta civilización están llenos de leyendas que nos dan información de su cultura. Esta literatura, basada en la invención, mezcla hechos reales y fantásticos para ofrecernos relatos que conforman su historia y tradición.
El mito de Kora explica el origen de la pintura basándose en una leyenda contada por Plinio el Viejo, escritor romano del siglo I, relatada en su Historia Natural, un compendio de libros reales e inventados, que se recogen en formato enciclopédico en 37 volúmenes.
La dama corintia. Joseph Wright de Derby.
En uno de sus libros escribe sobre la historia de la hija de un artesano, Butades de Sición. Plinio habla de inicio incierto, lo que le da carácter de mito. Kora, que así se llamaba la joven, se había enamorado de un hombre que iba a dejar la ciudad. En su despedida, encontrándose muy triste, decidió conservar su imagen de algún modo, quizá también su espíritu. La luz reflejaba la sombra de su amado en la pared y ella fijó con carboncillo el contorno de su perfil. Posteriormente, su padre aplicó arcilla sobre el dibujo para dotarlo de relieve, que hizo endurecer al fuego.
Es un relato curioso cuya fantasía dota a la pintura de cierta magia.