Está cansada y sola, acompañada por el murmullo de la calle, por las paredes despejadas, por el mobiliario impersonal. Mira con desgana el horario del tren de mañana. Nadie la espera, ya todo da igual.
Cogerá ese tren, para ir a ninguna parte, puesto que no le interesa nada. Se siente vacía, sin amigos, sin familia. La única persona que tenía cerca se ha marchado, por culpa de la sociedad. A un destino del que quizá no pueda huir. Esta maldita crisis que produce hambre y fatalidad. Encamina al ser humano hacia el conflicto, puede que sin vuelta atrás.

Escrito por: Sonia de Pablos