¿El arte es bello?

Escrito por Sonia de Pablos

Todos sabemos lo que es arte, o eso creemos, porque es un concepto inherente al ser humano desde que tenemos conocimiento. Está ahí desde siempre. Pero ¿alguna vez nos hemos planteado qué es el arte?

Venus de Willendorf
Museo de Historia Natural de Viena. Foto: Wikimedia Commons

El arte nace con nosotros, todos llevamos a un artista dentro, que saca a la luz de una manera o de otra una obra con un fin estético, un juicio cuyo objeto es el placer de lo bello. No obstante, esto nos lleva a más preguntas: ¿quién define lo que es bello y lo que no?

Hay muchos aspectos que pueden hacer a una obra bella, pero el arte no es solo eso. La belleza realmente es subjetiva, es una cualidad de algo o alguien que nos provoca un sentimiento placentero. Aunque lo feo también nos origina diferentes sentimientos. Por lo tanto, si el arte busca una respuesta en el espectador, no debería centrarse solo en lo bello. Además, la belleza está en nuestra mente, ya que tenemos unos prejuicios instalados desde nuestra infancia. Sentimos que algo es atractivo o no debido a un ideal o canon implantado en nuestra mente, recibido a lo largo de nuestra educación. Los valores que nos han inculcado nos hacen ver las cosas de forma concreta, nos encapsulan y nos crean estereotipos y estándares, clichés establecidos por la sociedad. Así que volvemos a la idea de que realmente la belleza es una valoración. El artista, una persona que ha adquirido unos conocimientos extras, diferentes a los obtenidos por el resto de las personas, tiene la capacidad de apreciar y expresar un concepto, y hacerlo universal, consiguiendo una armonía entre todos, por lo que su obra queda establecida como una creación bella de forma generalizada. Estas ideas globales de la belleza que se han gestado hace tanto tiempo, las tenemos arraigadas y no podemos desprendernos de ellas. La primera teoría sobre la estética surgió con Platón y continuó con Aristóteles. Para ellos el arte era una imitación de la naturaleza, pero este aportaba lo que la naturaleza no podía llevar a su fin, porque la imitación no sólo era copiar un original, sino representar un aspecto concreto de una cosa. Para ellos, la estética era inseparable de la moral. En la Edad Media, el arte era la expresión de la religiosidad, mientras que en los siglos XV y XVI, época del humanismo, la estética abarcaba más campos a parte del religioso, imponiéndose la era de la razón. Sin embargo, el gran impulso del pensamiento estético se dio en el mundo moderno, en el siglo XVIII, cuando Kant se interesó por los juicios del gusto estético y desarrolló la idea del genio, el que ve más allá de lo que muestra la naturaleza, captando algo que en su imitación convierte en arte. Este ideal creó un puente entre la estética clásica basada en la mímesis y el pensamiento de que lo bello provenía de Dios, y la estética moderna, el arte. En el siglo XX, pasamos a otra reflexión, los avances tecnológicos modifican la forma de ver el arte y el estudio de la estética. Lo grotesco, lo atroz, puede ser bello, lo importante es la respuesta del receptor ante una obra, no la del autor. El arte busca una emoción.

La Danza. Henri Matisse
Museo del Hermitage. @elmitodekora

Todo esto nos lleva a pensar que hemos avanzado mucho y que en la época contemporánea se ha pasado de un ideal de belleza clásico a otro moderno, más conceptual, donde los sentimientos son provocados en el espectador por medio de otras herramientas, como pueden ser, los colores, las formas, etc. Ejemplo de esto es el arte abstracto, ya no prima la imitación de lo que vemos, sino el concepto, la idea. El artífice de la obra explora su necesidad interior de plasmar un sentimiento, provocando otro parecido o totalmente distinto en el observador. Esto es un gran paso en el planteamiento del arte. Aun así, queda mucho camino que recorrer, puesto que una gran mayoría de público no entiende esta nueva noción de arte. Llevan muy dentro la idea de emulación de la naturaleza igual a belleza, y es posible que desarrollen muchas sensaciones ante creaciones artísticas de vanguardia sin saberlo. En el fondo es lo que buscan las nuevas actuaciones sin que ellos lo sepan, esa respuesta objetiva sin suspicacias, libre, como la producida por un sonido, un olor, un recuerdo.

El taller del artista

Escrito por: Sonia de Pablos

Este estudio es quizá uno de los talleres de artista mejor conservados, que podemos visitar en la Casa Museo de Joaquín Sorolla. Además de caballetes y utensilios de pintura, se conservan artículos valiosos y objetos de gran belleza. Un espacio luminoso donde el pintor aprovechaba la luz natural en los diferentes momentos del día. Aunque a él le gustaba la pintura en el exterior no siempre había oportunidad de salir, y ciertos trabajos requerían que fuesen efectuados dentro del taller.

Joaquín Sorolla, pintor valenciano que vivió entre los siglos XIX y XX. Casado con la que sería su musa, Clotilde con la que tuvo 3 hijos que muchas veces retrató en sus cuadros. Viajó mucho y conoció las vanguardias, pero él se mantuvo fiel a su línea naturalista. En su primera época podemos encontrar alguna obra con estilo más academicista, con temática de contenido social o histórico, que fue cambiando hacia escenas cotidianas donde lo importante es el estudio de la luz y sus efectos, sobre todo en ambientes al aire libre. Fue el gran representante del luminismo en España. Una técnica surgida en EEUU en el siglo XIX que Sorolla desarrolló en su pintura. Una obsesión por la iluminación que trabajó en sus obras, consiguiendo resultados magníficos, en los que capta el momento de forma magistral.

Técnicas artísticas

Pigmentos de Rembrandt, conservados en su casa-museo.

La palabra óleo procede del latín oleum que significa aceite y es una técnica pictórica conocida desde el siglo XV. Quizá en pintura de caballete, sea la más importante y la más utilizada desde su aparición hasta la llegada de nuevos productos en el siglo XX, como la pintura acrílica.

La técnica utiliza pigmentos disueltos en aceite, casi siempre de linaza, obtenido de las semillas de lino, que hace de aglutinante. Los tubos prefabricados de óleo que se venden hoy en día, se estropean con el tiempo dado el exceso de aceites que llevan para que no se sequen. En cambio, los antiguos pintores hacían los colores al momento de pintar porque no se conocían los métodos para su conservación. Era un proceso laborioso que requería muchos conocimientos de la materia prima puesto que cada pigmento necesita una cantidad de aceite diferente, que luego influye en su secado. El grado de refinamiento del aceite puede repercutir en el color, siendo el más óptimo el refinado alcalino ya que otros aceites oscurecen los colores. El disolvente más utilizado es la esencia de trementina, de origen orgánico que puede utilizarse para que la pintura quede más diluida a parte de usarse posteriormente en la limpieza de los utensilios de pintura: pinceles, paleta, etc.

Los soportes más comunes en el uso del óleo han sido la tabla y el lienzo. Ambos llevan una preparación minuciosa, y no sirve cualquiera. Hay que elegir tablas que no suelten resinas ni se curven y lienzos de lino o cáñamo, mejores que los de algodón que también se usan. Actualmente vienen tratados y no hay tanto problema. Muchos restauradores opinan que las pinturas sobre tabla se han conservado mejor a lo largo de los siglos, aún así el lienzo ha sido el más popular, quizá tiene más ventajas a la hora de pintar, ya que la pintura se fija mejor. En nuestro tiempo, los artistas se sirven de diversos soportes, y se prueban nuevas opciones que a veces dan resultados muy distintos pero interesantes.

Escrito por: Sonia de Pablos

Una obra una historia

Está cansada y sola, acompañada por el murmullo de la calle, por las paredes despejadas, por el mobiliario impersonal. Mira con desgana el horario del tren de mañana. Nadie la espera, ya todo da igual.

Cogerá ese tren, para ir a ninguna parte, puesto que no le interesa nada. Se siente vacía, sin amigos, sin familia. La única persona que tenía cerca se ha marchado, por culpa de la sociedad. A un destino del que quizá no pueda huir. Esta maldita crisis que produce hambre y fatalidad. Encamina al ser humano hacia el conflicto, puede que sin vuelta atrás.

Habitación de hotel. Edward Hopper. 1931

Escrito por: Sonia de Pablos

Pensamientos

Árboles. Sistema circulatorio. Sin filtro.

La vida es la existencia. La sangre circula, el cuerpo respira. Las venas son el transporte para la supervivencia, como las ramas de los árboles donde crecen las hojas. Son bifurcaciones que simbolizan los diferentes caminos de nuestra vida.

Escrito por: Sonia de Pablos